-Esto no se ve en la ciudad - le susurré a Chris. - Tim se esta perdiendo algo impresionante.
"Camina...camina...Charlotte, camina..." susurraba la voz. Obedeci y segui caminando, encuriñando la oscuridad buscandole. Pero, salido de la nada, lo encontré, pequeño e indefenso, a aquel al que las gentes de New Ville daban por muerto. Gordon Burks estaba a pocos metros de donde me encontraba, mirandome con sus negros e inexpresivos ojos. El mismo escalofrio que me habia estado invadiendo durante las dos noches anteriores se hizo más intenso. Petrificada, observé como se acercaba hasta donde yo estaba. Sus andares eran lentos, con gracia...parecia que flotara.
Notaba como mi corazón empezaba a latir con fuerza, y mi respiracion era entrecortada y rápida. Fui bajando la vista cuanto más se acercaba, para observarle mejor. No sabia si era un fantasma o no, pero asustaba muchisimo más que cuando lo conocí. Toda su piel estaba pálida, muerta. Tanto su cara como su cuerpo estaban más esqueléticos y huesudos, y sus ojos se habian hundido hasta casi desaparecer...pero seguia estado alli ese brillo de ojos negros e inexpresivos que tanto recordaba. Su expresion, en cambio, era exactamente la misma. No mostraba ninguna muestra de alegria. Me asusté al pensar que le habia sucedido algo a James.
-¿Qué has hecho con él? - le pregunté, asustada - ¿qué has hecho con James?
-No se de quien me estas hablando - su voz sonaba más desgarrada, muerta, pero verdadera - Aquel por le que temes nunca ha venido por aqui.
-¿Quién me llamaba entonces?
-Yo... al igual que lo hizo quien me mató.
-¿Quién te mató?
Hubo un silencio total, sepulcral, hasta que, finalmente, levantó su brazo izquierdo lentamente, y señalandome dijo:
-Tú
Tragué saliva y le miré, asustada. ¡Eso era imposible! ¿Cómo podia haberle matado, si yo tenia 5 años por aquel entonces?. Como si me hubiera leido el pensamiento, bajó un poco el brazo, me tendió su pequeña mano y me dijo:
-Sígueme, te enseñaré lo que pasó.
Indecisa, le tendí mi mano y me la agarró con fuerza con la suya. De repente, el paisaje en el que nos encontrabamos cambio su aspecto, de uno invernal a otro primaveral, con el sol aun sin ponerse. Poco a poco empezaron a aparecer unos niños, corriendo de un lado para otro y otros colocandose en varias filas, sonrientes, para hacerse una foto. Entre todo ese gentío, reconocí una cabellera rizada y castaña. Vi como hablaba con un chico más mayor, de unos doce o catorce años, que se parecia muchisimo a Gordon. Mi yo de 5 años le tendió una vieja camara de fotos y corrió a ponerse en la foto, justo al lado del pequeño Chris. La gente que estaba alrededor empezó a juntarse y ponerse en grupo para la foto. Todos excepto el Gordon, que miraba a los demas como si fueran extraños para él. La gente le decia que viniera, pero el no hizo caso. Pero me fijé como la cabellera castaña salia del grupo, en su busca. Cogi su mano y le acerqué al grupo.
Al acabar la foto y recoger mi cámara, miré en la dirección donde estaba Gordon.
-Fuiste la unica que me sonrió en mi corta vida - se entristeció el fantasma de Gordon. - Y la última que tiene un recuerdo mio.
Observé como mi yo más joven le sonrió abiertamente al pequeño Gordon, y se metia en la tienda de campaña a continuación.
El paisaje cambió de nuevo y se quedó tal y como estaba al principio. Gordon soltó su fria mano de la mia, y se puso delante de mi, desafiante. Comenzó a andar, haciendome andar hacia atrás.
-Esa noche oí voces en el viento...voces que me llamaban a que saliera - me miro de tal manera que creia que me estaba analizando el alma - Esas voces me recordaban a tu voz, aunque nunca te hubiera oido. Salí de mi tienda de campaña, buscándote...pero nunca llegué a encontrarte. Alguien me...empujo al vacio... un precipicio por el que ¡¡tú, Charlotte Marie Black, vas a caer AHORA MISMO!!
No me dio tiempo a reaccionar.De repente el descapado empezaba a arder como por arte de magia. Los arboles caían uno por uno al convertirse en cenizas su tronco, y cuando me di la vuelta, me di cuenta de que estaba al borde de un precipicio, que un rio de lava habia formado a su paso. Noté como el fuego se acercaba más y más hacia mi posicion.
-¡¡Te vere en el infierno!! - gritó por última vez Gordon, y me empujó al vacio.
-¡¡NOOOOOOOO!! - grité mientras estaba en el aire. Era mi fin. Pronto caeria precipitadamente por ese abismo y moriria al instante, mas en ese preciso momento en el que empecé a caer, alguien me cogió por el cuello del pijama y me sostuvo en el aire.
-¡¡Charlotte!! ¡¡Despierta!! - me decia una voz. - ¡¡No me hagas esto!! ¡¡Despierta!!
-¡¡Ya voy, Chris!! - decia otra voz, no muy lejos de la otra.
En ese momento fue cuando abrí los ojos. Enfrente de mi tenia una pared rocosa que parecía estar erosionada. Mire hacia abajo justo cuanto mi zapatilla empezaba a caer velozmente al fondo de un precipicio muy similar al que habia visto antes. Una mano sujetaba el cuello de mi pijama con fuerza.
-¡¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!- grité.
-¡¡Charlotte!! ¡¡Agarrate muy fuerte a mi mano, y no la sueltes!! ¡¡Te subiremos de nuevo!!
Me agarré con todas mis fuerzas a la otra mano de Chris, que acababa de bajarla a donde yo estaba. Cuando estuve segura de que la tenia, me agarré a la que tenia puesta en mi pijama. Tim y Chris empezaron a gritar al unísono:
-¡¡Uno, dos, tres!! - y me subieron de un tirón al descampado.
Los tres nos quedamos tirados en el suelo, jadeando. Las lagrimas empezaron a brotar en mis ojos, y corrian por mis rosadas mejillas sin parar. Chris se levantó, y yo me abracé a él, llorando.
Noté como mis lagrimas caian por su hombro, mientras el acariciaba mi cabello una y otra vez.
-Le...le he...visto -dije entre sollozos- he visto a Gordon Burks.
Tim fue a buscar un poco de agua a su mochila y me dio de beber.Cuando por fin me tranquilicé un poco, les expliqué lo que habia ocurrido. Ellos me miraron con la boca abierta, pero no dijeron nada, salvo que me habian llegado justo a tiempo para cogerme. Todo habia sido una pesadilla muy real.
A la mañana siguiente partimos de nuevo al pueblo. Ninguno de los tres comentó nada de lo ocurrido, a nadie, ni siquiera a nuestros amigos. Lo ocurrido aquella noche y la noche en que desapareció Gordon Burks no salió de esa montaña...nunca.
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