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Welcome!!

Hola y bienvenidos a todos!!
En este blog podreis (espero) disfrutar de la historia de Charlotte, una chica de 15 años que ha sido trasladada a la fuerza a una nueva ciudad junto con su padre, que a decidido empezar uan nueva vida de matrimonio otra vez tras la perdida de su esposa 15 años atras. Charlotte compartira aventuras, amores y desamores, conflictos etc. etc. en Backtown, su nueva ciudad.
Sus amigos estaran con ella en todo momento... o eso espera ella. ¿Que le deparara al futuro de esta chica?
Poco a poco lo iremos descubriendo.
muchos besos!! Espero que disfruten!!


*bjot3ra*

P.D.: podeis hacer comentarios, sugerencias... para mejorar el blog. Las aceptare encantada. Thanks ;)


jueves, 23 de julio de 2009

Capitulo 8- La llegada

Pensé que nunca volvería a aquellas montañas que tantos recuerdos me traian a mi mente...y ahí estaban otra vez, altas, imponentes...bellas, ahora más que nunca, ya que estaban completamente cubiertas por la nieve, dejando asomar pequeñas las motitas verdes que formaban los árboles que en ellas estaban.

Giré la cabeza y me encontré a Tim con la boca abierta, mirando por la ventanilla, asombrado. Segun me habia dicho, él nunca habia visto los pueblos de montaña, ni nunca habia visto las montañas, a parte de en las fotos que su madre le habia enseñado cuando era pequeño.

-¿Te gusta?- le pregunté.

-Muchísimo - dijo, aun asombrado.

-Mirad, chicos. Ya hemos llegado -dijo mi padre desde el asiento de alante. Aún estaba un poco enfadada con él, pero no fingí que me interesara ver el pueblo. New Ville se veia hermosa a la luz del atardecer.



Los ancianos observaban la ida y venida de los coches a su paso por New Ville en la entrada del pueblo, mientras los más jóvenes se dirigian a sus casas con la llegada de la noche. Sonreí y salude desde el coche a todo el mundo...¡estaba contentísima de volver! Algunos me miraban extrañados, y otros sonreian abiertamente y me devolvian el saludo. Tim empezó a calzarse en cuanto mi padre bajo la velocidad y empezaba a aparcar delante de una casa conocida para mi.

Las luces del porche estaban encendidas, al igual que las de la planta baja de la casa. Alguien nos esperaba sentado en el diván del porche. En cuanto vio como el coche aparcando, dejó el libro que estaba leyendo y miró en nuestra dirección.

-Papá...¿esta no es la casa de...?

-Si. -me respondió antes de que acabara la frase - Ahora ir bajando y sacando las maletas.



Obedecimos al instante, cosa extraña en mi. Bajamos del coche y Tim abrió el maletero, ante la expectante mirada de la extraña figura del porche. Fue Tim el que sacó ambas maletas, ya que yo me habia quedado encuriñando la oscuridad tratando de reconocer al individuo. Me acerqué poco a poco a él, con cautela, y él hizo lo mismo conmigo tras haberse levantado. Pero tardo poco en acelera el paso, hasta que al final, justo cuando la tuve a dos centimetros de mi, me abrazó con tanta fuerza que me levantó los pies del suelo:
-¡Pero que alegría de volver a verte, mi pequeña "Pitufina"! - dijo una inconfundible voz.

A pesar de tener apenas 30 años recien cumplidos, mi tia Doroty tenia una fuerza espectacular. La vi tal y como la recordaba. Una sonrisa vivaracha iluminaba su cara, de facciones duras pero hermosas, con unos ojos verdes grandes y avellanados. No se parecia en nada a mi padre, excepto por su pequeña y respingona nariz que tanto me gustaba estirar cuando era pequeña.

-Yo...tambien me...alegro de verte, tia - dije axfisiada - Te importaría...
-¡Oh! Ahora te bajo, espera que disfrute un poco más de mi queridisima "Pitufa" - dijo apretandome aun más contra ella.
-Hola Dory. - saludó mi padre a su hermana.

En ese momento mi tia me bajó al suelo, me cogió los carrillos con una mano y m plantó un beso en la mejilla. Tim estaba a mi lado, conteniendo la risa. Aún con los mofletes pegados y aplastados pos los dedos de mi tía, mire de reojo a Tim y le fulminé con la mirada...y empezó a desternillarse de risa. Entonces fue cuando mi tia se percató de su presencia. Quitó la mano de mi cara y se acercó a Tim, que tragó saliva en cuanto la vio andar en su dirección.
-Y este debe de ser el hijo de Lavender, ¿no?¿Tim? - preguntó a nadie en particular.
-Si...encantada señora...
-Señorita Black - dijo dejando ver sus blancos dientes -Aún no estoy casada.
-¡Qué extraño! Una mujer tan sexy como uste...
-¡Tim! - le regañé
-¡Dejalo Charly! A nadie le amarga un dulce -dijo sonriente - Ahora...¿por que no cenamos? Estareis hambrientos...y tú, hermano, tendras que descansar un poco, ¿no?
-La verdad es que me voy ya, no puedo perder mas tiempo...
-¡oh!¡Por favor! - bufó mi tia -¿No pensarás irte de noche, verdad?
-De verdad tengo que...
-¡Bah! ¡Tonterías! - le agarró del brazo y lo arrastró hasta dentro de su casa - Ya veras como cambias de idea al ver mis deliciosos macarrones con queso...

Tim y yo entramos detras de ellos, cargando nuestras maletas y mochilas. Pesaba menos que la que llevé el dia que llegué a Backtown, pero aun así me costó lo suyo meterla en casa de mi tia.
Nada más entrar olí los macarrones recien hechos de mi tia, mientras un montón de recuerdos llegaban a mi mente como si fuera una película. Tim se cayó al suelo al chocarse contra mí. No me habia dado cuenta (y el tampoco) de que me habia quedado plantada en medio de la puerta. . Tim y yo dejamos las maletas en la entrada y nos acercamos al salón. Mi tia habia sentado a mi padre en un sillón, y seguia regañandole he invitandole a que se quedara. Nosotros reimos por lo bajo.
-Chicos, anda, poner la mesa - nos dijo en cuanto se aseguró de que mi padre no se movería - Yo iré preparando el segundo plato.
Y salió corriendo hacia la cocina. Durante más de media hora oimos los andares de mi tia por la cocina, y desagradables sonidos como los del extractor. Finalmente, mi tia apareció con su viejo delantal de flores que tantas comidas habia sufrido cuando era yo era una niña. No habia dia que comiera en su casa y ese delantal no se ensuciara, se rompiera o acabara un pelin quemado.
Tim repitió tres veces de macarrones y dos de pescado, no se si porque le gustaba (cosa que me extrañaba del pescado) o por hacerle la pelota a mi tía.
Tras al cena, nos dirigimos al piso de arriba, hacia nuestras habitaciones. Tim y yo dormiamos en la habitación del fondo del pasillo.
-Aquí dormia yo de pequeña cuando tenia que uqedarme con mi tía - le dije a Tim en cuanto entramos en la vieja habitación.
Estaba completamente igual a como la recordaba: pequeña, lo justo para que cupieran la cama de mi tia y la mia, con las paredes de color rosa chicle y llena de dibujos de hadas o caballos, mi animal favorito. Habia un estante repleto de peluches, que antiguamente habian pertenecido a mi tia.
-"Cuando me muera, te dejaré en legado todos esos peluches" - recordé en voz alta, dirigiendo mi mirada hacia el estante - Eso me decia mi tia.
Deshice mi maleta para coger el neceser y sali al baño, encontrandome a mi padre en el pasillo.
-Bueno, creo que deberia despedirme ya. Mañana me iré temprano para llegar bien al trabajo.
-Bien. Adiós - y seguí camino de mi destino.
-Charlotte...
Me giré y miré a mi padre, que me esperaba con los brazos abiertos, esperando un abrazo. ¿Cómo podia haber cogido tal berrinche con mi padre? Me acerqué a él y le abracé con fuerza, como si pidiera que no se fuera nunca.
-Buen viaje.Buenas noches - dije al final, mientras me deshacia de su abrazo y le daba un beso en la mejilla.
-Buenas noches "Pitufa"
-Papá...

Pero él ya se habia dado la vuelta, sonriente, y dirigido a su habitación. Yo lo hice minutos más tarde, tras haberme dado una ducha de agua caliente. Tim ya estaba roncando cuando me metí en la mia. Saqué de mi mochila el mp4 y me dispuse a escuchar música, hasta que me quedé completamente dormida, escuchando una canción muy especial para mi:

"...and everytime you smile or laugh you glow.
You don't even know,no,no.
You don't even know. [...]"

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